domingo, 25 de diciembre de 2011

El toro bravo (I)

EL TORO BRAVO  (I)
EL TORO BRAVO Y SUS ORIGENES

Pedro Valle


No existiendo unanimidad absoluta entre los naturalistas, podemos afirmar, ya que la mayoría si coincide, en que la especie del toro bravo desciende del URO o toro salvaje del periodo neolítico, animal parecido al buey, aunque de mayor alzada y corpulencia, ya que tenia dos metros de altura desde las pezuñas a la cruz, era negro listón, con cuernos largos y doblados hacia delante primero y hacia arriba después, fiero, veloz en su carrera, y en la edad media se comía su carne y se cruzaba con vacas domesticas. El área geográfica del uro, se extendía desde el oeste de Europa (España, Inglaterra...) hasta la China, y dada tan amplia área, pudo muy bien ser domesticado, probablemente en Asia, como todos los animales que el hombre utiliza a su servicio.

Del uro derivan todas las razas existentes, y no del bisonte de Europa, cuyos restos encontramos tan abundantemente en las habitaciones del hombre troglodita. Teniendo pues, un origen común, nada debe de extrañarnos las analogías existentes entre los toros que en estado semi-salvaje se encuentran en distintas regiones de  Europa, como Escocia y Suiza, en donde dedican a estos animales a la lucha entre sí, constituyendo un típico deporte.

Según el profesor Kaller, es la raza D’Hérens, a la que pertenecen, de origen egipcio, pues en la época de los faraones se criaban toros en el país del Nilo, para dedicarlos a la pelea, y tales animales eran precisamente como los suizos de los que hablamos.

Los árabes debieron difundir esta raza taurina por el norte de África y por España, de donde pasará a Suiza.

Tuvo en la Península Ibérica hondas raíces, de las que se derivaron distintas razas vacunas, entre ellas la del toro bravo español, que conserva relativamente puras, bastantes características del primitivo uro.

Los celtas dieron nombre al toro salvaje que encontraron en Europa, al que llamaron “auroch”, palabra formada por aur y och, que significan salvaje y toro, no confundiéndole desde luego con el bisonte de Europa, pues ya vemos en las pinturas rupestres que abundan en España, la diferencia de silueta de ambos rumiantes.

El toro arisco, indómito y fiero, abunda desde remotas épocas en España, especialmente en Andalucía, Castilla y Navarra, en cuyas regiones pastaban infinidad de rebaños en estado completamente salvaje, de los cuales se entresacaban para las diversiones los animales de mejor forma física y más aparente bravura. Pero la ganadería auténticamente brava, esto es, preparada, organizada con la única finalidad de producir especializadas reses para la lidia, no existía todavía. Aquella industria o explotación pecuaria vino más tarde, a principios del siglo XVII. Y a partir de entonces, el toro de lidia, descendiente lejano del prehistórico uro, empezó a evolucionar lentamente por el cauce de la selección, hasta alcanzar en nuestros días su máximo esplendor.


El toro de lidia se distingue de los demás por su fortaleza, su finura, su trapio, su docilidad y valentía. Merced a los largos y costosos procesos selectivos, el antiguo y destartalado animal (grandote, basto y de variables condiciones), hubo de ser reemplazado por otro de regular talla y gran finura, bravo, poderoso, noble y de dócil embestida, con las que las suertes del toreo ganaron en arte, belleza y emoción.
Fácil es suponer que el toro bravo sufrió a lo largo de los tiempos diversas transformaciones, en las que influyeron los cruzamientos, el clima y la alimentación, pudiendo decirse que como animal seleccionado para la lidia, no apareció hasta el siglo XVII.
Si las ganaderías bravas dieron sus primeros pasos en el siglo XVII, no fue hasta la segunda mitad del siglo XVIII cuando adquirieron la fama y el cartel.

Por esta última época se formaron notabilísimas vacadas que, a tendidas las particularidades morfológicas de sus reses, dieron origen a razas o castas designadas regularmente con el nombre de sus fundadores o con la región de procedencia.

Reportaje de la revista mes de Septiembre de 1999

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