lunes, 26 de diciembre de 2011

El toro bravo (II)

         EL TORO BRAVO (II)
                                  GENEALOGÍA DE LAS GANADERIAS BRAVAS

                                                                                                                                                                                             Pedro Valle


Tres son las castas que primordialmente son la base de las ganaderías actuales: andaluza, castellana y navarra.

Hoy hablaremos de la casta andaluza.
El toro de tipo andaluz debe su existencia a dos ganaderías, como son la de Vistahermosa y la Vazqueña.

VISTAHERMOSA


La ganadería que dio origen a la de Vistahermosa, la formó, en la segunda mitad del siglo XVIII, don Pedro Luis de Ulloa, Conde de Vistahermosa, en la localidad de Utrera (Sevilla), con una punta de vacas y algunos machos de los señores Rivas Hermanos. Era el Conde de Vistahermosa un aficionado muy inteligente, que no tardó en obtener unos toros de gran bravura, finos de la cabeza a la cola, de buena estampa y regular tamaño, que superaron a las demás ganaderías por una cualidad muy importante: La nobleza.

Desde su creación, esta casta se ha mantenido pura en casi todas sus ramas, habiendo contribuido con su sangre a renovar la de diferentes ganaderías, que ostentan con orgullo su procedencia Vistahermosa.

El toro oriundo de la casta comentada es el verdadero prototipo del animal de lidia. Su talla es regular, y su constitución robusta, la cabeza pequeña y recogida, la piel, cola y extremidades finas, el pelo, negro, cárdeno y castaño, suave y reluciente, siendo complemento de estas cualidades, su bravura, alegría, docilidad y sobre todo nobleza.

Como dato anecdótico, diremos que se lidiaron toros de Vistahermosa por primera vez en Madrid, el 2 de agosto de 1790.

VAZQUEÑA


La ganadería vazqueña debe su creación en el año 1757 a don Gregorio Vázquez, si bien, quien la infundió las cualidades que unos veinte años después hubieron de darle fama fue su hijo Vicente José, que con reses andaluzas del marques de Casa Ulloa, de Becker y de Cabrera, a los que unió una punta de machos y hembras compradas al conde de Vistahermosa, refrescó y cambió totalmente la vacada. Con dichos elementos, de magnifica calidad, pero variado entre sí, obtuvo un toro distinto de conformación, trapío y pujanza a los ya conocidos, y del cual arrancó la casta Vazqueña. De ella se surtieron muchos criadores, buscando para sus reses unos la corpulencia y docilidad, y otros la codicia o el poderío, cualidades de esta casta

El pelo de los animales vazqueños es variado, como variadas fueron las sangres que entraron en la composición de la ganadería, y así se observan los pelos sardos, jabonero, negro, cárdeno, berrendo en negro y castaño.

Por primera vez en la plaza de Madrid, a nombre de Vicente José Vázquez, se corrieron toros entre los años 1790 y 1800, y a su muerte en 1830, pasó la mayor parte de la vacada al Rey Fernando VII.



Reportaje de la revista de octubre de 1999

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