martes, 27 de diciembre de 2011

Personajes de la Plaza (Alguacilillos)

PERSONAJES DE LA PLAZA
Pedro Valle


En los próximos artículos intentaré definir de manera más fácil, los personajes que componen el personal de una Plaza de Toros, que aunque pueda parecer que en algunos casos no tengan importancia, son fundamentales para el buen desarrollo de un espectáculo taurino. No los pondré por orden de importancia, porque todos tienen la suya, algunos más y otros menos, pero todos la tienen. 

Los Alguacilillos

Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, el alguacilillo es un jinete vestido de alguacil del siglo XVII, que en las plazas de toros sale al frente de las cuadrillas y recibe del presidente la llave del toril para iniciar la corrida.

Pero los alguacilillos son mucho más que esta excueta explicación.

El alguacilillo nace como un agente dependiente de la autoridad y con una seria de trabajos a realizar durante el espectáculo muy concretos y fundamentales.

Su primera función es el despeje de plaza, cosa que hoy en día está en deshuso, ya que a la hora del comienzo del espectáculo, el ruedo está totalmente vacío de gente.

A la hora en punto anunciada en los carteles, y tras sacar el presidente el pañuelo blanco anunciando el comienzo del festejo, los alguacilillos, saliendo por la Puerta de Madrid, (estamos siempre hablando de los personajes de la Plaza de Toros de Las Ventas), se acercan al paso hasta donde se encuentra el palco presidencial y una vez saludado el presidente pidiendo permiso para continuar, se dirigen, (bordeando uno por la izquierda y el otro por la derecha, siempre que sea corrida de toros, o marcando una W en el ruedo en el caso de que sea un festejo menor (Novilladas, Festivales...)) a la puerta de cuadrillas, dando la orden para que sea abierta e invitando a los toreros y sus cuadrillas, asi como a monosabios, mulilleros y areneros, a comenzar el desfile del paseillo.

Se ponen a la cabeza de dicho paseillo, abriendo paso a los participantes hasta donde se encuentra el presidente. A continuación, y tras recibir uno de ellos de forma simbólica la llave de los toriles, se la acerca al chulo de toriles, el cual, montera en mano la recibe, mientras el otro alguacilillo le espera en la parte opuesta de la plaza, para una vez reunidos los dos en el centro del ruedo, se dirijan de nuevo a saludar al presidente y salir al galope de la arena. La razón de esta salida al galope final hay que buscarla en que antiguamente, el alguacilillo permanecía en el ruedo hasta la salida del toro.

Tienen los alguacilillos funciones muy concretas durante la lidia, como son transmitir las ordenes de la presidencia a los toreros o viceversa, entregar los trofeos conseguidos por el matador y sobre todo guaradr y hacer guardar el reglamento taurino tanto a matadores como a subalternos y demás personajes que actuen en la corrida.

Otra carazterística, quizás la más llamativa de estos personajes, es su vestimenta, ya que ha cambiado muy poco desde los tiempos de Felipe IV.

Su traje consiste en un bicornio negro, adornado con un plumaje abundante de color rojo y gualda, capa negra con esclavina hasta la cintura, camisa blanca y pantalones de montar de color negro, asi como botas de la misma tonalidad y espuelas.

Este tono en el color de su indumentaria contrasta con toda la parafernalia de trajes de colores de actuantes en la plaza, dandoles la seriedad aparente que su cargo requiere.


Una vez comenzado el espectáculo, y siempre atentos a lo que en el ruedo pasa, nunca se desprenden de la fusta con la que llaman la atención a quien corresponda, haciendo golpear ésta contra las tablas de la barrera para ser escuchados.
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