lunes, 16 de abril de 2012

Toreo de Capa (III)

TOREO DE CAPA
MANERAS DE EJECUTARLO
Pedro Valle

La Chicuelina

Lleva el nombre de su inventor, Chicuelo, que la improvisó en una corrida celebrada en la plaza de Valencia, y consiste en citar el toro con la capa, como si fuera a ejecutarse una verónica, y ya iniciado el lance clásico y pasada la cabeza del animal, el matador retira y arrolla el engaño sobre el cuerpo, al propio tiempo que da una vuelta en redondo hacia el lado contrario de la dirección seguida por la res, para quedar de nuevo frente a la misma.


Chicuelina

La Gaonera

Colocada la capa a la espalda, se le presenta todo el vuelo al toro por un lado, hallándose el animal frente al torero, se le carga la suerte cuando llega a jurisdicción (indica embarcar al toro con la capa cuando llega a la altura del espada y llevarle toreado) y así que remata fuera, se da media vuelta y de nuevo se le presenta la capa por el otro lado, repitiendo el lance tantas veces como el diestro considere oportuno.



Gaonera
 
Lleva el nombre del torero mejicano Rodolfo Gaona, que brilló entre los años 1909 al 1920, por ser el primero que la practicó en España, inspirándose posiblemente en el lance al costado que ejecutaba ya en los tiempos de Isabel II el gran torero madrileño Cayetano Sanz, y del que ha quedado testimonio gráfico en la publicación de toros, La Lidia, del año 1887, debido al dibujante Daniel Perea. Por ello el decano de nuestros tratadistas en materias taurinas, Ventura Bagües, dice, que a tales lances se les llama indebidamente gaoneras, y si por nuestra parte dejamos constancia definitiva de tal nombre, es por respeto y acatamiento a la vox populi, que quizá con certero instinto, en el evolucionar progresivo y encadenado de las distintas suertes del toreo, mas que al precursor, encumbra y recuerda al que con estilo propio define con su vigorosa personalidad una forma de expresión, que si no es totalmente nueva, al menos lo parece.

 

En la forma de practicarla Gaona, análoga a la actual, asemeja puramente una verónica dada con el capote a la espalda, que se ejecuta así mismo en la suerte natural, esto es, dando al toro los terrenos de afuera. Se suele rematar con un despliegue del capote, al que se le hace describir un pequeño circulo en el aire, soltado una de las puntas, para luego traerlo extendido alrededor del cuerpo del torero, al tiempo que este gira, y que recibe el nombre  de Serpentina

Serpentina 1ª parte
























Serpentina 2ª parte


jueves, 5 de abril de 2012

Toreo de Capa (II)

TOREO DE CAPA
MANERAS DE EJECUTARLO

                                                                                                                                      Pedro Valle

La Verónica

La verónica es el lance más importante y más clásico del toreo de capa, y con los tiempos ha ido evolucionando hasta ajustarse a los tiempos actuales.

En la Tauromaquia de Pepe-Hillo se llamaba verónica a aquella suerte que el diestro ejecuta situándose con la capa rigurosamente enfrente del astado. Y así se vino practicando hasta finales del siglo XIX, con el riesgo que esto conlleva, porque al citar el torero al toro, y acudir éste al engaño en línea recta, era necesario desplazar al toro de su terreno, para que quedara a salvo el cuerpo del torero, y una vez pasado el animal, había que girar rápidamente, dando más de media vuelta, para ponerse de nuevo frente al toro con la capa extendida y esperar la nueva acometida del animal, al revolverse éste contra él.

El mismo riesgo que suponía el tener que desviar la trayectoria del toro en pleno viaje, obligaba a ejecutar un lance muy despegado y movido. Pero como la línea del progreso no podía hacer de los toros una excepción, en esta suerte, como todas en general, para adaptarlas a las sucesivas exigencias de los públicos, hubo de idearse un procedimiento que permitiera darle una mayor plasticidad, templando la embestida del toro, dando una mayor duración al lance, pasando la res más cerca del cuerpo del torero y componiendo estéticamente la figura del espada. Para ello se partió del cambio radical en el  cite al  toro, no haciéndose ya de frente, si no colocándose el diestro de costado en la rectitud del toro y a la distancia conveniente. La innovación fue consagrada por Guerrita, en su Tauromaquia, pero el camino recorrido hasta hoy, en orden al logro de una mayor belleza de estilo, elegancia y dominio de esta suerte, ha sido inmenso. Y sus hitos han ido marcándolos, entre otros, los toreros que a continuación citaré.

Rafael El Gallo, ejecutaba el lance citando con los dos pies juntos y levantando los brazos, en un toreo alado y delicado, en el que su verónica graciosa y sutil, conjugaba con su gesto de artista pinturero y gitano.

Juan Belmonte, en la que su  verónica, citando al toro con los pies separados (compás abierto), tenía ritmo y medida, al ajustarse espléndidamente a la velocidad del toro, era larga y parsimoniosa.

Chicuelo daba la verónica con el cuerpo rígido y los pies juntos, desplegando una capa que parecía inmensa en contraste con su baja estatura y cortos brazos.

Gitanillo de Triana, como dijo Néstor Luján, la daba con la capa dormida, muy lenta, hincando los pies en el suelo, abriendo el compás, con el cuerpo erguido y las manos bajas.

Cagancho, cuando daba “el parón” (verónica con los pies juntos), no presentaba su capa ni una sola arruga.

Manolete ejecutaba la verónica con un ajuste absoluto, llevando completamente toreado al toro desde la iniciación del lance hasta su terminación con un juego plástico sereno y majestuoso.

La media verónica

Se emplea para rematar una serie de verónicas y consiste en cortar precisamente la verónica que se está ejecutando aproximadamente a la mitad de su desarrollo, llevándose la capa ceñidamente al costado.
Fue Belmonte, el primero en practicar este remate.
 

Toreo de Capa (I)

TOREO DE CAPA
MANERAS DE EJECUTARLO
Pedro Valle
Correr los toros a una o dos manos.

La forma más simple de torear al toro es la de correr por delante del animal con la capa extendida. Esto puede realizarse a una o dos manos. Como dice José Maria de Cossío, correr los toros consiste, en que una vez arrancado el toro al cite del torero, salir éste por delante, adecuando la velocidad de sus pies a la del toro, del que voluntariamente se deja perseguir, y recorrer en esta forma una parte del ruedo. Su finalidad suele ser la de tantear a los toros a la salida de toriles, y ya en plena lidia, cambiarles de lugar dentro del redondel.

Montes, en su Tauromaquia, escribe que el correr los toros, aunque es muy fácil, no lo es, sin embargo, tanto que no tenga sus reglas para ejecutarlo con perfección y seguridad, pues de otra suerte estaremos expuestos, dice, a que sea el toro el que nos corra, en vez de nosotros correrlo a él.

Lo esencial cuando se practica el correr los toros a una mano, es el despegarse el diestro del toro con tanta ventaja que éste pierda el bulto perseguido, o que el diestro gane la barrera, o que con la capa obligue a variar de dirección al toro, siguiendo él otra distinta de la iniciada. 

Cuando se desarrolla manejando la capa con las dos manos, el torero situado frente al toro y con el engaño por delante, al dejarse seguir del animal andando hacia atrás, debe flamear a un lado y al otro, alternativamente la capa, para que siga éste una dirección en zigzag, en tanto él hace un viaje en línea recta.

El correr a los toros valiéndose de una o de las dos manos en el manejo de la capa, es misión que solo incumbe  a los peones del espada, siguiendo las indicaciones del mismo, para cambiar al toro de terrenos. Cuando esta suerte de correr al toro la ejecuta el espada, haciéndolo con mayor ajuste y estilo para su lucimiento personal, se la denomina abanicar, ya que no solo se abanica con la muleta.

          Con independencia de correr a los toros, mediante los procedimientos indicados, es el quehacer habitual de los peones el capear utilizando a este respecto la capa para fijar su atención desde lejos, castigarles al obligarles a repetidos derrotes, marearles, y en una palabra, dominarles, empleando los capotazos necesarios para ello, sin que exista una terminología precisa que distinga las distintas formas de utilizar la capa en este sentido, y si solo el concepto genérico, con que JM. de Cossío las define, de suertes de capa sin pasar el toro.

Correr el toro a dos manos


Correr el toro a una mano


Abanicar